Ética en Odontología

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viernes, 6 de enero de 2012

¿QUÉ HACER PARA EL DOLOR Y LA INFECCIÓN DENTAL_?

El dolor dental es uno de los dolores más molestos que sufre el ser humano, y es la causa más frecuente por la que los pacientes acuden a la clínica dental.

La sensación de dolor dentario se origina en los receptores situados en la pulpa (que está dotada de fibras nerviosas) o la dentina.

El cemento y el esmalte, son insensibles.

Cuando se observa el dolor producida por ejemplo por un diente cariado, vemos que no se muestra claramente la localización del dolor, ya que puede que el paciente lo sienta referido a otras áreas.

El dolor dental presenta una gran variabilidad en sus características y su intensidad.

¿Qué dolores dentales puede haber?

Dolor dentinario.

Es un tipo de dolor intenso y que dura unos pocos segundos, y se produce ante estímulos extrernos.

Los estímulos naturales, como los cambios extremos de temperatura, pueden ser notables en dientes muy sensibles, pero no tiene porqué indicar una alteración dentinaria.

Es un dolor que no está muy bien localizado; el paciente no sabe decir qué diente le duele, e indica un área y no un diente como el afectado por el dolor.

Casi siempre, la causa de este dolor es la caries. Una restauración en mal estado, la pérdida de un empaste, abrasiones del esmalte etc. son situaciones que pueden hacer que el diente esté más sensible al dolor.

Dolor pulpar.

La respuesta de la pulpa a un estímulo externo depende de la intensidad del estímulo que se aplica, y del estado de ésta.

La pulpa sufre modificaciones con la edad y con otras situaciones no fisiológicas etc. y es difícil valorar en cada momento el estado, por lo que el diagnóstico del tipo de proceso patológico que sufre la pulpa no es sencillo.

El dolor puede variar desde ligero a insoportable, puede aparecer de manera espontánea sin que haya estímulos externos, o ante estímulos térmicos o químicos. Puede ser intermitente, con periodos sin dolor, o continuo.

Vemos por tanto, que es un tipo de dolor con un amplio margen de variabilidad.

Ante un dolor en el área bucal, el odontólogo por lo general pensará que se trata de un dolor dental, y posiblemente será el primer tipo de dolor que tenderá a descartar.

El dolor pulpar que podemos encontrar puede ser agudo o crónico.

El dolor pulpar agudo puede aparecer de manera espontánea, como un pinchazo breve e intenso que altera al individuo momentáneamente, o ante diversos estímulos, dándose el caso de aumentar ante el frío y el calor, o aumentando con el calor y disminuyendo por el frío.

Puede ser continuo o intermitente, momentáneo o mantenido. Aumenta generalmente al acostarse porque aumenta la presión sanguínea del cráneo.

Cesa cuando el diente recibe el tratamiento adecuado o al pasar un tiempo, ya que tras esta inflamación aguda de la pulpa, ésta muere produciéndose su necrosis.

Al igual que en el dolor dentinario, es difícil localizar el diente que sufre el dolor, sobre todo cuando el dolor es leve.

El dolor pulpar crónico suele ser la consecuencia por la continuidad en el tiempo de una alteración aguda.

El dolor puede variar de intenso, como en una lesión aguda, a ser simplemente un malestar que no cesa

El dolor mixto se produciría en dos ocasiones; o bien cuando se ha afectado el periodonto porque la inflamación aguda de la pulpa con afectación rápida, o cuando la pulpa se afecta de manera secundaria desde un proceso patológico que ocurre inicialmente en el periodonto.

Ya hemos dicho que prácticamente lo primero que busca el odontólogo cuando el paciente refiere un dolor bucal.

Es una lesión o una posible causa que afecte al diente.

La causa más frecuente que produce dolor dental es la caries.

El odontólogo buscará lesiones cariosas.

Para saber si ha afectado al periodonto, el paciente referirá dolor al masticar o ante la presión, por lo que el diagnóstico será más fácil.

Cuando el paciente muestre una gran sensibilidad a los estímulos térmico y eléctricos, se tratará generalmente de una pulpitis aguda.

Si los estímulos son ligeros aumentando la respuesta dolorosa en el tiempo, se tratará de un proceso crónico.

Anestesiando el diente observaremos si cesa el dolor que se trataba de un dolor dental, buscaremos la causa y realizaremos el tratamiento oportuno.

A medida que la caries, que suele ser la causa más frecuente de dolor dental, progresa, habrá que realizar tratamientos más drásticos para el diente, por lo que es importante localizar el dolor y tratarlo lo antes posible.

INFECCION DENTAL

Es una acumulación de material infectado (pus) resultante de una infección bacteriana en el centro de un diente.

Un absceso dental es una complicación de la caries dental y también puede resultar de un trauma al diente, como cuando un diente se rompe o recibe un golpe.

Las aberturas en el esmalte dental permiten que las bacterias infecten el centro del diente (la pulpa).

La infección puede propagarse desde la raíz del diente hasta los huesos que lo sostienen.

La infección ocasiona una acumulación de pus e inflamación de los tejidos internos del diente.

Esto causa un dolor de muelas intenso.

Si la pulpa del diente muere, el dolor de muelas se puede detener, a menos que se desarrolle un absceso.

Esto es especialmente válido si la infección sigue estando activa y continúa diseminándose y destruyendo tejido.

El síntoma principal es un dolor de muelas intenso y continuo que se puede describir como terrible, agudo, pulsátil o punzante.

Los objetivos del tratamiento son eliminar la infección, preservar el diente y prevenir complicaciones.

Se pueden recetar antibióticos para combatir la infección.

Los enjuagues bucales con agua tibia y sal pueden ser calmantes y los analgésicos de venta libre pueden aliviar el dolor de muelas y la fiebre.

El tratamiento de conductos se puede recomendar en un intento por salvar el diente.

En caso de presentarse una infección severa, se puede extraer el diente o se puede necesitar una cirugía para drenar el absceso.

Es posible que algunas personas deban ser hospitalizadas

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